¿En un entorno global al borde de la recesión económica y condiciones sanitarias de pandemia que dificultan el adecuado funcionamiento de la cadena de suministro, las pequeñas y medianas empresas que continúan en la lucha por desarrollarse se enfrentan a desafíos que probablemente nunca imaginaron.
Aunque las condiciones son cambiantes, los exportadores deben reconocer algunos riesgos que pueden ocurrir durante sus esfuerzos por aprovechar el potencial comercial de clientes extranjeros, por ejemplo:
1. Planificación logística poco clara: La exportación es mucho más que asegurarse de que el envío salga y llegue a tiempo y al lugar correcto, sino que también debe tenerse en cuenta la posibilidad de daño, pérdida, y robo durante el proceso. Una planificación logística sólida es imprescindible para garantizar que las cosas comiencen y concluyan sin problemas. Para lograrlo es necesaria la intervención de un aliado proveedor de servicios de logística, experimentado y familiarizado con las reglas y regulaciones locales del país al que se exporta, reduciendo así el riesgo de que algo salga mal.
2. Inexperiencia: El despacho de aduanas, el cobro de aranceles imprevistos, la verificación del cumplimiento de las reglas y regulaciones locales son algunos de los problemas que pueden presentarse incluso antes de que las mercancías ingresen al mercado destino. La intervención de una agencia aduanal como Milenio de Occidente previene este tipo de problemas, y ayuda a facilitar el movimiento de mercancías a través de la frontera de forma rápida y segura. Contar con el buen juicio de uno de nuestros asesores previene la pesadilla de tener la mercancía de exportación retenida en la aduana.
3. Comprensión de las leyes y normas de cada mercado: ¿Qué sucede cuando surge un desacuerdo sobre las fluctuaciones cambiarias y de las tasas de interés? ¿O bien, qué sucede cuando un cliente se niega a pagar? Comprender de la a a laz las leyes de un país desconocido es una labor técnicamente imposible, por lo que contar con un equipo de asesoría legal conocedor del protocolo del país de destino es mucho más que una recomendación, una necesidad. De esta manera te será más fácil tener en cuenta, por ejemplo, cuáles son los documentos distintivos para cada mercado, la infraestructura necesaria para ingresar en él, los obstáculos comerciales como los aranceles e impuestos que podrían afectar las exportaciones, y las posibilidades de financiamiento.
4. Riesgos financieros en el cambio de divisas: Aunque los precios de los productos manufacturados tienden a ser predecibles, los tipos de cambio representan un riesgo que puede llevar a la pérdida de ganancias. Si bien es probable que exportar desde un país que tiene negocios estables tenga sistemas financieros igual de estables o predecibles, el riesgo a considerar sigue siendo alto. Todo fabricante debe tener en cuenta la evolución del tipo de cambio de moneda en función de los cambios económicos y políticos del momento.
5. No determinar si el producto se venderá: La expansión internacional puede ser una forma eficaz de extender la vida útil de las líneas de productos que probablemente ya están envejecidas en su lugar de origen. Sin embargo, todo fabricante debe asegurarse de que haya espacio en el mercado destino y principalmente, de que los consumidores sean receptivos a sus productos. Se requiere mucho más que un distribuidor capaz de colocar los productos en los estantes; sino que se necesita a uno que pueda detonar al máximo su potencial. Para considerar un producto como de exportación exitosa, se deben tomar en cuenta los matices culturales, las preferencias locales y las tendencias actuales del país de destino.
En Milenio de Occidente, brindamos asesoría personalizada a empresas que buscan exportar/importar por primera vez, y a empresas transnacionales que buscan reducir sus costos y tiempos de entrega. Somos una agencia aduanal y de servicios logísticos en México, con amplia expertiz en logística internacional.
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